Tigle y Dlagon… habeis visto la peli¿??

Ni Hao!!!

El finde pasado nos fuimos Z., P., J. y yo a Huangshan (Literamente, Montañas Amarillas). Cogimos un tren desde Shanghai que nos robó literamente 16 horas de nuestras vidas en la ida y otras 16 de vuelta.

En cuanto al tren pues bueno, estábamos en literas de 6 pero abiertas, a pesar de que igual suena terrorífico.. os digo que es cienmil veces mejor que Renfe (en los viajes Bilbao-Barcelona tengo también un puñado de experiencia)… Los merluzos estos se durmieron en cuestión de segundos, después de jugar a las cartas etc… yo en cambio tuve toda la noche para disfrutar de los gorgojos de nuestros compañeros de vagón (aquí se estilan mucho los japazos allá donde caigan… están bien vistos, aunque sea en tu pantalón).

Total que cuando llegamos por la mañana a la estación P. muy acertadamente se puso a charlar (para desesperación inicial de Z.) con una china muy maja inglesamente llamada Jane, que sería nuestra guía ese día, nos llevó de tourné por el pueblito y las charcas donde se filmó la peli de “Tigre y Dragón

Tigre y Dragon

Ahí al fondo si afináis nos veréis a tres de los expedicionarios, la verdad es que el pueblito era precioso…la gente, pues bueno, muy a su estilo, a lo chino… la visita turística estaba marcada por unos cartelotes en las calles.. muy chinamente organizado… entre mirar las casas y buscar los cartelotes nos sentíamos como Dorothy… sigue el camino de baldosas amarillas… Follow the yellow brick road … (aun así nos perdimos…)

Tigre y Dragon

Aquí están el Hombre de Hojalata, el León y la Espantapájaras… lo que veis a la izquierda es un cartel.

Tigre y Dragon

Esta bucólica y romántica imagen pertenece al valle, fuimos a un riachuelo que bajaba de las montañas y hacía una especie de charcas que tentaban de una manera alarmante a tirarse en ellas, pero claro.. había unas chinis-guardianes que a parte de gorgojear y esputar en tus pantalones, pegaban unos chillidos a lo mandarín que se te quitaban las ganas. J. y P. tentando a su suerte metieron sus pieces palmípedos en un riachuelo… daban envidia, pero Z. y yo no nos quisimos arriesgar.

Después de tanta visita, nuestra chachi-guía Jane nos dejó en el hotel… y después de tanto trajín, J. y yo nos dimos un masaje allí mismo, estuvo bien y barato… que mola un pegote, así que imaginaros como dormimos… No fue suficiente para el día que nos esperaba después.

Le toca a J. explicaros la experiencia.. Besitos!!!